martes, octubre 30, 2012

La Rueda de la Fortuna: Lo Unico Permamente es el Cambio

PALABRAS CLAVE: OPORTUNIDAD - DESTINO / LIBRE ALBEDRÍO - MOVIMIENTO - AZAR - CAMBIO


"Todo va, todo vuelve; gira eternamente la rueda del ser ... Tortuoso es el sendero de la eternidad" Niestzche

“La vida humana rueda inestable como los radios de una rueda de carro” Anacreonte


Este estado de pasividad y reflexión con el que nos conectaba El Ermitaño y cuyo objetivo era la búsqueda de la propia sabiduría no podía durar para siempre. Como habrán observado el camino del tarot es un sistema de pesos y contrapesos, frecuentemente las cartas ying van precedidas por cartas más activas, lo que alude a lo cíclico, con esto resumimos un poco el título de nuestro arcano de hoy.
En la vida cotidiana la rueda es fundamental y esto es algo que comprobamos a diario, en la antigüedad surge para facilitar la vida del hombre: sirve para que sus construcciones se puedan hacer en menos tiempo y con menos esfuerzo, puede trasladarse él mismo y así interactuar con el entorno que lo rodea. El simbolismo de la rueda es rico en las distintas culturas. Simboliza los ciclos, las repeticiones, las renovaciones. Es un símbolo solar en la mayor parte de las tradiciones, también se revela como un símbolo del mundo, siendo el centro inmóvil el principio del que emana el movimiento, el remolino incesante de la manifestación. La rueda que el Buda pone en movimiento es la “rueda de la ley”, la ley del destino humano. La “rueda de la existencia” del budismo tibetano está basada en la idea de las mutaciones incesantes, representa la sucesión de los múltiples estados del ser cuyo movimiento cesa cuando se alcanza la iluminación. Ruedas son también los chakras, centros energéticos por donde atraviesa la corriente del kundalini. La rueda es sinónimo de revelación divina, en el libro de Ezequiel se hace referencia a una rueda con constelaciones de ojos, como está dibujado el arcano del tarot junguiano, en donde vemos a una mujer sosteniendo una rueda rodeada en sus bordes por ojos y en cuyo centro hay un hombre. Esta alegoría de estrellas-ojos tiende a expresar la omnisciencia y la omnipresencia de la divinidad, nada se escapa a la mirada de dios. Para Jung los rosetones de las catedrales representan al sí mismo, la unidad en la totalidad, es un mandala. Es la rueda de los nacimientos y las muertes, en el plano humano la inestabilidad permanente. Podemos concluir diciendo que la rueda se inscribe en el marco general de los símbolos de emanación-retorno que expresan la evolución del universo y del ser humano.
Con respecto al arcano Hajo Banzhaf en su libro “El tarot y el viaje del héroe” nos dice que este arcano suele interpretarse de forma superficial, que se lo toma en forma literal ya que se lo suele relacionar con el azar, la providencia, él prefiere asociarlo a la “tarea” que todos debemos realizar en nuestra vida. Sin embargo, no es que el concepto de azar sea incorrecto, sino insuficiente. La rueda nos confronta con uno de los grandes dilemas de la humanidad: destino o libre albedrío. En la antigüedad estaba muy arraigado el concepto de “destino”, por ejemplo, la astrología antigua hablaba de planetas maléficos y benéficos, el hombre estaba atado a un hado del que no podía escapar. Con el advenimiento de la psicología hoy la astrología ya no es determinista como lo era en otro tiempo. Si bien somos un microcosmos que formamos parte de un macrocosmos y estamos “sintonizados” con la propuesta energética de la configuración planetaria con la que hemos nacido, este conjunto de potencialidades que adquirimos se desarrollará o no en la medida que nosotros lo decidamos. El hombre no es víctima de sus dioses sino que como recipiente de la divinidad puede caminar junto a ellos, aprovechar sus dones y construir su propio destino. En ese sentido se puede comprender lo que nos dice Banzhaf cuando interpreta que la rueda simboliza nuestras tareas en la vida, pero más que la misión la rueda nos recuerda que somos la expresión de una totalidad y que esa singularidad es la que en definitiva nos va a permitir desarrollar nuestra “tarea” en la vida. Sallie Nichols nos dice que la rueda nos permite entender que los acontecimientos de nuestra vida no suceden repentinamente sino que son parte de un proceso. Aún cuando la aparición de ciertas situaciones nos tomen por sorpresa, desprevenidos, nada de lo que sucede en nuestras vidas es totalmente ajeno. Según Jung aquellos aspectos de nuestra psiquis que nos negamos a desarrollar o expresar los encontramos proyectados en el afuera y llegan a nosotros como “destino”. De modo que el hombre no es la víctima del universo ni del mundo, sino que es co-creador de su propia realidad. Es cierto que no podemos librarnos del “destino” de pisar esta tierra y de vivir de acuerdo a las leyes de la naturaleza pero sí podemos anticiparnos a sus ritmos, conocer qué nos pide la vida en determinado momento, evitar desastres causados por nuestros propios instintos. Cuánto más concientes estemos, más despiertos, seremos nosotros quienes tengamos el control de la rueda, evitando así nuestra propia destrucción. “No somos de ninguna manera moscas atrapadas en la red del destino. Dentro de los confines de la rueda hay un amplio campo de actuación para el movimiento.
En el tarot marsellés encontramos una rueda mantenida en el aire por un aparejo a la cual se cuelgan dos animales, mientras que una esfinge coronada de oro y alada sostiene una espada, está sentada sobre un zócalo en la parte superior de la rueda. Esta rueda tiene seis radios una manivela que la hace girar. A la izquierda de la rueda se cuelga un mono con la cabeza hacia abajo y medio cuerpo escondido, a la derecha hay un perro con un collar que le ciñe las orejas y que parece subir hacia la esfinge. Se ha interpretado que estos animales son Hermanubis, el genio del bien y Tifón el genio del mal, de la destrucción y la desintegración. En esta imagen volvemos a ver el concepto de los opuestos: luz y sombra. Vimos estos dos opuestos en los sacerdotes que escuchaban al Hierofante, en los caballos del Carro y en los platillos de la Justicia. Dice Sallie Nichols que el hecho de que estén vestidas significa que esas fuerzas se encuentran parcialmente civilizadas. La criatura que se encuentra en la cima de la rueda se asemeja a una Esfinge, representativa del lado oscuro de la Emperatriz, la madre devoradora, la misma esfinge que – en el mito de Edipo- interrogaba a todos los que entraban a Tebas y los mataba cuando no adivinaban el acertijo. Como decíamos cuando analizábamos el símbolo de la rueda este arcano es un sistema de fuerzas y su esencia es el movimiento. La vida es un proceso, un sistema de constante transformación que incluye integración y desintegración, generación y degeneración. Nada existe separado de la totalidad, todo se manifiesta y todo muere en forma simultánea. Dice Nichols que meditar acerca del movimiento perpetuo de la rueda nos puede ayudar a experimentar la simultaneidad de los opuestos por más irreconciliables que estos parezcan. Hay muchos opuestos simbolizados en la rueda: movimiento – estabilidad; trascendencia – intrascendencia, lo temporal y lo eterno. El centro de la rueda representa la ley universal, lo arquetípico mientras que el borde exterior es la vida humana, lo efímero. El centro expresa la plenitud indiferenciada del puro ser cuya esencia es inmutable e imperecedera mientras que el borde ofrece modificaciones, experiencias, movimientos. A diferencia del 0 del loco la rueda no está vacía, ya que este estado indiferenciado del loco correspondía al estadío previo a la creación y a la dualidad sobreviniente.
Con respecto a su número diez notamos que su número remite al uno y a la vez contiene el 0, lo que anuncia un nuevo ciclo, una nueva toma de conciencia para el hombre que lejos de temer a sus dioses puede comunicarse con ellos, dejar de sentirse solo, acercarse a sus misterios.



6 comentarios:

  1. Anónimo8:09 p.m.

    Me parece realmente muy bueno el curso. Lo sigo desde el inicio y se nota un elaborado trabajo de tu parte que nos acerca al Tarot de una manera diferente. Te felicito

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  2. ¡Gracias!La verdad es que cada vez que me distraigo con otras cosas y tardo en actualizar el blogg me encuentro con comentarios como el tuyo que me motivan para seguir escribiendo.

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  3. Anónimo8:56 p.m.

    Hace un tiempo q empece a estudiar el Tarot junguiano,y esta pagina me ha venido acompañando impecablemente en este viaje.Gracias!!

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  4. Anónimo4:32 p.m.

    Voy x este arcano,aun me falta mucho,el viaje es fascinante y hasta ahora La Rueda me ha resultado la carta mas intensa y compleja.Llevo dos clases con ella y sigue y sigue girando y aun no consigo avanzar al proximo arcano q llama insistentemente.

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  5. Anónimo11:59 a.m.

    Encontré este blog justo el día que me regalaron un tarot, has sido una gran compañía para mí, además de que me siento conectada e identificada contigo, también soy abogada, reikista y ahora estudio el tarot, todo en fase inicial... gracias por ser una maestra aún en la distancia. Abrazos desde México. Yecenia.

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